Entre los muchos y diferentes modelos de inmuebles que existen, encontramos las fincas. Éstas se identifican por ser de tipo urbano o rural aunque, en general, el término se asocia más al terreno, que a la edificación en sí, que puede estar o no presente. Una característica notoria es que están claramente delimitadas, ya sea, gracias a un elemento físico como un cercado o legal, representado por la descripción detallada en una escritura de propiedad.
¿Estás interesado en adquirir un terreno? Entonces entérate de todos los detalles acerca de la venta de finca en el Carmen de Viboral. En algunas partes, dependiendo de la localización y las leyes locales de construcción y urbanización que permita la municipalidad, es posible conseguir tres clases bien definidas de feudos:
- Urbanos: autorizados para construir viviendas en sus confines. El vocablo suele relacionarse con hogares cómodos y de grandes dimensiones, usados para habitar en ellos todo el año o representar un refugio durante las vacaciones o períodos de tiempo cortos.
- Industriales: orientados a albergar edificios o plantas de elaboración de bienes de cualquier tipo y las oficinas administrativas correspondientes, según las necesidades del empresario y su negocio.
- Rústicos: aquellos que desarrollan prácticas agropecuarias. Dentro de este grupo se hallan los clásicos sembradíos o viñedos y las estancias de cría de animales, para el aprovechamiento de la carne o de los productos asociados (leche, lana, huevos, etc.). Se caracterizan por requerir las extensiones más amplias de terreno.
Es interesante notar que, históricamente hablando, una finca es la definición esencial de un inmueble, la posesión de la tierra misma. Y aun cuando hay mucha gente que acostumbradas a las ciudades y sus rascacielos no le dan importancia; en los tiempos previos a la industrialización, esas propiedades eran un símbolo de prosperidad y riqueza, por la diversidad de formas de obtención de provecho económico que aportaban.