El gato es uno de los animales que nos ha acompañado a lo largo de la historia, en dibujos, documentos, pirámides egipcias, fabulas… Siendo unos de los animales domésticos que casi siempre ha acompañado al hombre en casi todas las civilizaciones.
En Egipto fue apreciado como un animal sagrado que al morir lo embalsamaban y era sepultado en compañía de ratones. También los musulmanes siempre mostraron gran estima por los gatos, pues el profeta Mahoma les prometió un puesto en el paraíso. En las artes oscuras los brujos y brujas salen acompañados de un gato negro.
Además, podría encontrarse sin esfuerzo en el folclore tradicional un listado interminable de viejos cuentos y leyendas que hablan de la aparición del diablo con forma de gato. En muchas zonas rurales del noroeste peninsular se tuvo por cosa cierta que al tragar pelos de gato negro uno se volvía loco sin remedio creencias por el gran apego que tiene a la libertad y sus facultades para la visión nocturna.
En el mundo literario y de los cuentos, ha servido muchas veces como modelo y ejemplo de hipocresía y despego. Cruzarse con un gato negro fue signo de mal agüero; en cambio, su aparición en un banquete de bodas era una señal de matrimonio afortunado. En estos días de lotería navideña, todavía encontramos que muchas administraciones llevan como rótulo y reclamo el nombre de Gato Negro.
En muchos lugares quedan reliquias patentes de antiguas creencias sobre este animal, así cuando un gato se lame las patas con insistencia y anochece es que se acerca una visita, y si una joven le pisa la cola aunque sea sin querer, que tenga por cosa cierta que ha de pasar hasta un año antes de que se pueda casar.
Matar un gato además de traer mala sombra, nunca fue cosa sencilla, pues tiene hasta siete vidas, y sepan cuantos turben el sueño de este felino, que tendrán mala fortuna. Sin embargo, nuestro gato también es causante de remedios y satisfacciones, pues se creyó, en otro tiempo, que del asma se sanaba con comer carne de gato, que sus orines mejoraban los males de oídos y que el catarro y el resfriado se curaban bebiendo vasos de agua en que se mojara el rabo del gato.
Al gato a lo largo de la historia se le ha idolatrado, temido, odiado y valorado. El caso es que siempre ha caminado junto al hombre y muy cerca de él. Ambos han salido beneficiado de esta gran unión.
Hoy en día, muchos son los escépticos que piensas que los gatos son traicioneros y es que en lo que a ellos se refiere no encontramos un término medio. Muchos son los que tendrían un gato como animal de compañía y muchos otros también son los que nunca, tendrían a un gato como animal doméstico. Pienso para perros Nutro.