Probablemente, el hito más importante en lo referente al desarrollo tecnológico superior se produjo entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando tuvo lugar la Revolución Industrial. A partir de ahí, las máquinas se incorporaron de forma masiva en todos los ámbitos de la vida humana. Un ejemplo es el de los transportes. Como es lógico, a menudo las máquinas necesitan reparaciones o sustituciones; entonces se precisan repuestos camión.
Los aparatos se estropean
El paso del tiempo es ineludible. Sus efectos no solo afectan a los organismos vivos, sino que también causan estragos en la materia inerte. Por ejemplo, aunque un tornillo no sea más que un conjunto de átomos de metal, si se deja a la intemperie terminará por oxidarse y perder sus cualidades iniciales.
Por esta razón, entre otras, se crearon las aleaciones, mezclas de diversos metales que modifican sus características (buscando potenciarlas). Los aparatos complejos, como los camiones, tienen multitud de elementos fabricados en materiales ferrosos, buscando el máximo rendimiento, a saber: resistencia, dureza, flexibilidad… Pero ni siquiera estos están exentos de estropearse.
Por si fuera poco, en los automóviles existen otras muchas partes, que engloban elementos más simples para alcanzar una finalidad. Así, tenemos la carrocería para proteger al conductor y al mismo vehículo, los sistemas de dirección y suspensión para permitir su desplazamiento, los frenos para permitir que se detenga, el sistema de refrigeración para evitar sobrecalentamientos, etc.
La enorme variedad de componentes multiplica exponencialmente el riesgo de avería. Una carrocería puede abollarse con un ligero golpe, la dirección puede quedar bloqueada por un giro brusco, el motor se desgasta a cada km que pasa …
Puesta a punto de nuestro vehículo
Considerando todo esto, nos quedan dos opciones: reparación o sustitución. La primera no siempre es viable, bien debido a que el componente a arreglar está demasiado maltrecho (pensemos en una rueda totalmente lisa por su uso) o porque simplemente no sale rentable económicamente.
La cuestión no es si llegará la avería, sino cuándo llegará. Debemos meditar entonces sobre la segunda opción mencionada: la sustitución del elemento dañado. Para ello, siempre será recomendable acudir a expertos en repuestos, que sepan qué es lo que necesita nuestro camión y lo tengan disponible. Al fin y al cabo, lo que importa para el todo es la suma de las partes.