Pocas cosas son tan satisfactorias como ver que la tecnología se pone al servicio de las necesidades humanas, al punto de ser un factor clave para salvar vidas, prevenir enfermedades y otros males. Ocurre con los descubrimientos en la medicina y a nivel farmacéutico, pero también es fruto de la formación seguridad alimentaria.

Nuestro estado de salud, está íntimamente relacionado a los alimentos que consumimos. Ciertamente, sobre este influyen muchos hábitos de nuestro estilo de vida, pero en la medida en que los productos cumplan los máximos estándares de higiene y calidad, y sean ingeridos de forma balanceada, habremos hecho la mayor parte de lo que nos corresponde para estar sanos.

En este sentido, no puede faltar en la industria alimentaria el auxilio de las grandes mentes que procuran ofrecer los frutos de sus conocimientos al bienestar social.

Y como parte de esta industria, es nuestro deber estar al tanto de las innovaciones que se hacen con el fin de mejorar la calidad de los productos, aún si no corresponde al área en la que nos desempeñamos, porque si bien el chef de un restaurante en nada interviene durante la fabricación de envases, a él le conviene saber cuáles han sido objeto de los mejores procedimientos de sellado.

La mayor excelencia

La misión de estos avances tecnológicos es lograr el mayor nivel de eficiencia y reducir al mínimo posible los errores. Dicho objetivo puede y debe ser una meta de toda la industria alimentaria, por lo que aplicar estas innovaciones es una necesidad.

Un par de avances, entre los más recientes, son el uso de la luz ultra violeta como desinfectante de almacenadores de alimentos y los envases inteligentes. La primera, es una técnica que además de cumplir eficientemente con el rol de desinfección, nos ahorra el uso de otros de naturaleza química.

En cuanto a los envases inteligentes, gracias a su uso podemos monitorear el estado de los ingredientes almacenados en ellos.

Para profundizar en los mismos y conocer otras innovaciones, es fundamental darle prioridad a la formación en seguridad alimentaria; no olvidemos que de ello depende la salud de los consumidores.

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