Los síntomas esclerosis múltiple primaria progresiva es una enfermedad autoinmune vinculado al sistema nervioso central, que en cada organismo se manifiesta de forma única. Por lo tanto, su sintomatología va a variar en cada individuo que la padece. La EM cómo también se le conoce, evolucionará de acuerdo con el área cerebral afectada.
Se manifiesta generalmente en adultos-Jóvenes a partir de los 20 años en adelante y la sufren más las mujeres que los hombres. Los síntomas que se suelen presentar son:
- Problemas de equilibrio y coordinación
- Trastornos visuales
- Dificultad para hablar
- Espasticidad o rigidez
- Parestesia (sensación de hormigueo o ardor)
Hay dos tipos de sintomatologías denominadas:
- EM-remitente recurrente
- EM primaria progresiva
La primera se manifiesta por episodios de brotes, estos son cambiantes de una a otra crisis, presentando desfallecimiento o falta de fuerza, visión borrosa, mareos o pérdida del equilibrio, entre otros. Algo que se debe puntualizar es que estos padecimientos a la larga dejan secuelas.
Los malestares de la segunda EM, al igual que en la recurrente, se pierden agilidad motora, presenta rigidez o espasticidad, problemas de memoria, incontinencias, etc., problemas que ocasionan serias limitaciones.
Otro punto a señalar para quienes tienen la lamentable situación de sufrir esclerosis múltiple, es que estos padecimientos comienzan a acrecentarse o incluso, en muchos casos, se presentan nuevas sintomatologías.
Como ya hemos dicho cada persona tiene trastornos muy particulares, por lo que, pueden sufrir episodios muy leves o graves, o tal vez se produzcan períodos muy cortos o se prolonguen en el tiempo, agravando las condiciones del paciente.
Cabe destacar que existen acciones que se deben evitar como son:
- Exposición prolongado al sol
- Bañarse con agua caliente
- Estar constantemente estresado
Estos tres escenarios, de no evadirse podrían producir brotes que definitivamente, siempre empeoraran la enfermedad. Todos podemos padecer cualquier dolencia grave o que sea autoinmune, todavía la ciencia lucha por saber por qué en ciertos momentos el cuerpo se ataca así mismo. Está en nosotros asumir esto con entereza y fe de que mejorará y buscar alternativas para conseguir, sino una cura, el alivio del sufrimiento.