Los envases de plástico son muy utilizados en la mayoría de las industrias, gracias a que se adaptan con facilidad a todas las aplicaciones. Sin embargo, no todos los materiales se emplean con el mismo fin, por lo que es fundamental tener en cuenta el sector en el que se piensa usar, para luego seleccionar el más adecuado.
Antes del proceso de envasado, muchas empresas someten a discusión el tipo de empaque que emplearán para llevar el producto a los anaqueles. Materiales como el vidrio, el cartón y el plástico siempre ocupan un lugar importante en estas discusiones, pero ¿cómo saber cuál es el indicado?
Esta es una decisión que dependerá directamente de varios factores, como lo que se vaya a envasar, el presupuesto destinado para esta fase, la influencia que tendrá en el coste del artículo, las necesidades básicas de las compañías, el compromiso con el medio ambiente, etc. Por eso, a veces, no es posible señalar entre ellos el mejor, sino el más conveniente.
A pesar de esto, el plástico es el gran protagonista de los mercados, porque se puede fabricar en varias versiones según los requerimientos del negocio. En este punto, se tiene presentes los niveles de toxicidad, la rentabilidad, las posibilidades de reciclaje, el ahorro energético y el uso que se le dará finalmente.
Por lo general, hay proyectos que prefieren este recurso por las ventajas que aporta a los consumidores que lo recibirán. Un buen ejemplo son los objetos publicitarios que se obsequian en ferias, congresos y eventos especiales, los cuales les proporcionan una solución a los potenciales clientes y solucionan un problema de marketing a un bajo coste.
No hay dudas de que los envases de plásticos se admiran con buenos ojos en los distintos sectores económicos. Por este motivo, es importante recibir asesoramiento profesional para identificar al que responda con eficiencia a las exigencias de quienes lo demandan.
Envases de plástico: características
Los códigos que se ven en el exterior de las botellas revelan las diferentes alternativas que existen, que se dividen en los siguientes grupos:
- PET (Tereftalato de polietileno): ligero, fácil de reciclar, resistente e ideal para alimentos, bebidas y fabricación de textiles.
- PVC (Policloruro de vinilo): su rigidez lo convierten en el elemento perfecto para ventanas, calzados, tuberías, techos tensados, recubrimientos, entre otros.
- HDPE (Polietileno de alta densidad): botellas, juguetes, bolsas de basura y envases opacos que contienen productos del hogar.
- PP (Polipropileno): piezas de coche, empaquetados, embalajes, envolturas de aparatos eléctricos, utensilios de laboratorio, sacos, cascos de barcos, etc.
- LDPE (Polietileno de baja densidad): recipientes, envoltorios y bolsas.
- BPA (Bisfenol A) – componente: biberones, vajillas, envases de alimentos, depósitos, botellas retornables.
- PS (Poliestireno): corcho blando, bolígrafos, contenedores de huevos, platos desechables.